Roberto Viola fue sucesor de Videla y antecesor de Galtieri en el gobierno de facto de la última dictadura militar. Asume su mandato el 29/3/81 y tan solo unos meses después, el 11/12/81 es destituido por la junta militar.
Qué pasó? Afectado por un problema cardíaco y una presión arterial de 24, Viola es internado en el hospital militar y luego en el sanatorio Güemes donde solo una vez fue visitado por la junta militar de las tres fuerzas. Claro que nunca le preguntaron por su salud y simplemente era persuadido para que renunciara al cargo.
Roberto Viola entienda la jugada y consigue retirarse del sanatorio antes de tiempo, previa discusión con los médicos, para instalarse en Olivos y en la Casa Rosada para poder, según él, "seguir trabajando para lo que tanto había luchado"
Pero su suerte ya estaba echada, ya en Olivos es visitado por tres altos generales del ejército, Reston, Martella y Vaquero, una clara evidencia de la presión ejercida por la fuerza. Viola afirma que se siente muy bien para seguir en la presidencia pero la fractura con la junta ya era inevitable.
Días después, Viola se reúne con Galtieri (recién regresado de EEUU...) e Isaac Anaya de la Marina, quién habría tomado la decisión final, aduciendo la complicada salud de Viola.
Roberto Viola protesta enfáticamente por su relevo y promete contar toda la verdad del asunto, cosa que nunca cumplió.
Para quienes siguen buscando un paralelismo argentino con la situación de Temer en Brasil, acá tienen lo más parecido.
Simplemente, son monstruos que se comen entre ellos.
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