Parque de los Patricios, Pompeya Villa Soldati y todo amante del buen fútbol están de fiesta este gris domingo 16 de Septiembre de 1973. A pesar de la derrota 2 – 1 frente a Gimnasia, Huracán se consagra campeón del Metropolitano tras la derrota de Boca, su inmediato perseguidor, que caía en Liniers también 2 – 1 frente a Vélez, club que se caracteriza, entre otras cosas, en arruinarle el campeonato a varios. 45 años tuvo que esperar el Globito para gritar campeón.
El palacio Tomás A. Ducó era escenario del último pasito que le faltaba al Quemero para mantener la diferencia inalcanzable a dos fechas del final. Sale estático Huracán, el miedo lo paraliza y Gimnasia con la tranquilidad del que nada tiene en juego. Al término de los primeros 45 min. Vélez ganaba 1 – 0 con gol de Benito y 0 – 0 en el Ducó. Sobre los últimos partidos del campeonato, Huracán denunciaba imprecisión
en el juego y falta de gol, este partido no seria la excepción. Gimnasia pegó primero a los 2 minutos del complemento y a mirar el tablero del partido en Liniers (recordemos que no existía el tablero electrónico, solo de chapa que se cambiaba manualmente si se modificaba los resultados en otros estadios). Empata Boca a los 52 con gol de Rogel y el silencio invade al pueblo Quemero, silencio que disipa con un nuevo gol de Vélez a cargo de Fucceneco 7 minutos después. Ahí si, la algarabía es total y poco importa ya el
segundo de Gimnasia a cargo de Palacios a los 65, porque lo mismo se gana con la derrota. El partido se termina a los 85, con el penal convertido por Larrosa y en público que invade el campo de juego. Un gran equipo de César Luís Menotti, que quedó en la memoria de todos.
El festejo de la hinchada, entre ellos, Basile, Edgardo Cantú, Roganti y el dirigente Di Santis
El festejo de Cantú y Houseman en las ventanas del Ducó.
La noche anterior al partido se aguardó con mucha tranquilidad, jugando al truco en la concentración.
Fatiga Russo con su hermano Titi, quién iba a todas las canchas y acompañar a su hermano a pesar de su ceguera, los dos prometieron recortar esta foto y pegarla en el quiosco de revistas que atiende el hermano más grande de ambos. El mundo del fútbol considera a los Russo muy buena gente.
Los tres grandes ausentes de la fiesta, Miguelito Brindisi, el Roque Avallay y el Inglés Babington, quienes ese se encontraban con el Seleccionado Argentino en Paraguay enfrentando al equipo Guaraní por las eliminatorias del mundial '74 (1 -1)
El festejo de Buglioni, quién no pudo jugar al estar suspendido. La euforia de todo un barrio del cual Daniel era vecino.
César Luís Menotti, refinado gustador del toque, del caño, el lujo y el chanfle. Un club a la medida de Flaco.
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