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martes, 29 de noviembre de 2011

Independiente vs Inter. Final intercontinental de clubes 1964

Noche de copas, de las de antes. Se enfrentaban por la copa intercontinental de 1964, el campeón de América Independiente, y el campeón de Europa Internazionale de Milán. El primer partido se jugó en Avellaneda el miércoles 9 de septiembre e Independiente consigue un gran triunfo por 1 – 0 con gol de su número 10 Mario Rodríguez a los 14m. del 2° tiempo.
El campeón de América era prácticamente imbatible por estas tierras, con su buen juego que nos tuvo acostumbrado por muchos años. Pero por estos años en donde no se conocía Internet, celulares e inclusive muy pocos videos, poca información se tenía de los rivales y esto lo padeció Independiente, porque el Inter dirigido por el argentino Helenio Herrera, “el Mago”, con muy poquito logró embarullar al Rojo con algo que era prácticamente desconocido en América. La táctica. Los italianos con un esquema férreo y gran disciplina táctica, no dejó desarrollar el juego del equipo argentino con simples movimientos.
Delanteros que anticipaban a defensores y defensores que anticipaban a delanteros, de arriba y de abajo, mordiendo e imponiendo físico. Inter era un clásico equipo italiano, correr mucho con mucha marca y cuando los defensores anticipaban el juego una y otra vez de Independiente, lanzaban pelotazos para que sus gigantes delanteros anticiparan a los defensores argentinos, aguantando la presión de estos. Algo así como el Vélez de Bianchi, que con los pelotazos de Chilavert al Turco Asad y al Turu Flores disfrutaron de muchas vueltas. Para colmo, Independiente pierde a los 34m. del primer tiempo a uno de sus hombres con mayor personalidad y solvencia, Tomás Rolan, que cuando estaba jugando su mejor partido se lesiona y tiene que retirarse del campo de juego. Al no permitirse cambios de jugadores como iba a suceder años después, Independiente debió jugar con 10 el resto del encuentro, como si le hubieran expulsado uno. 
Ante esta situación, el empate que había venido a buscar Inter era mirado con cariño también por el equipo argentino, que al encontrarse con un jugador menos y su juego maniatado, equivoca el camino y pretende jugar a lo que no sabía, quería correr más que los jugadores del Inter, algo que estos hicieron toda la vida, y lanzar pelotazos al área italiana en vez de poner el balón bajo la suela. Independiente pretendía jugar como los italianos sin serlo, sin la preparación ni la mentalidad de estos. Chocaban una y otra vez contra ese muro defensivo, desgastando físico y también lo psíquico. La defensa tampoco ofrecía muchas garantías al faltar Rolan, Acevedo y Ferreiro hacían lo que podían junto a Pepé Santoro, resolviendo situaciones sobre la marcha.
Sin embargo la fortuna estaba del lado argentino, porque uno de esos tantos pelotazos lanzados al área del Inter, encuentra el gol, gracias al tenaz buscador de pelotas imposibles y eterno optimista como lo fue Mario Rodríguez, quién las corrió y saltó todas. En uno de esos saltos entre torres italianas, Rodríguez cabecea y cuenta con la complicidad del arquero italiano Giuliano Sartí, con algunas flaquezas ante el apriete rival, que al querer tomar el balón se le escurre entre las manos y entre las piernas. Cuando quiso reaccionar llegó a tomar la pelota pero esta ya había pasado la línea de gol que el árbitro brasileño Armando Marques convalida desde una inmejorable posición.

Inter absorbe el impacto con dignidad e intenta una leve reacción adelantando sus líneas, pero la falta de fútbol es notoria. Independiente se aferra a ese inesperado triunfo con uñas y dientes con defensores que dejan el alma y un Pepé Santoro que se atajó todo.

Daba para ilusionarse ante la revancha en Italia, pero esa será otra historia. 


La lesión de Rolan.



Santoro, salvando una y otra vez al Rojo.




El gol del triunfo.

Una postal de la época. Mura y su bolsa de agua caliente.

Burganich, el hombre que borró de la cancha a Mario Rodríguez,.
Gran mérito de Rodríguez que la única vez que pudo escaparse a la marca fué gol.

Luís Suárez, centrocampista del Inter.






sábado, 17 de septiembre de 2011

River vs Peñarol 1966

En otra de las re-ediciones de “Historias de Copas” que la revista “El Gráfico” publicaba en los ’80, no podía faltar la inexplicable? Final perdida por River en 1966 frente a Peñarol de Montevideo. Es archiconocida la historia del mote de “gallinas” que bien se ganó River y de la canchereada de Amadeo Carrizo al atajar un remate con el pecho. Pero con el paso del tiempo salieron a la luz otras cuestiones que ayudan a entender lo inexplicable. Primero vamos a recordar cómo llegaron River y Peñarol al tercer encuentro jugado en Santiago de Chile, el 20 de mayo de 1966.
Además de participar los campeones, por primera vez participaban los subcampeones de cada país. Esto produjo la deserción de los equipos brasileños (Palmeiras – Cruzeiro) por entender que se desnaturalizaba la competencia además de la desafiliación de la competencia de los equipos Colombianos (Millonarios – Dep. Cali) por irregularidades en los contratos de los jugadores  de toda la asociación colombiana. Esta situación hizo que se les abriera las puertas a equipos de mucho menos relieve.
River juega la primera fase con Lara y Dep. Italia de Venezuela, Alianza Lima y Universitario de Perú y Boca Juniors, Consiguiendo la clasificación los equipos argentinos.
En el grupo semifinal, River comparte el grupo con Guarany de Paraguay, Boca e Independiente. Aquí se produce un empate en el primer puesto entre los Rojos de Avellaneda y River que dirimen en un partido desempate en cancha de San Lorenzo, consiguiendo el pasaje a la final el equipo millonario por 2 – 1 con goles de Daniel Onega y Luís Cubilla, Artime para Independiente. Fue aquel recordado partido donde Cubilla le abre la pierna a Mura con un tajo de 10cm, luego de darle un tacazo en el muslo. Cubilla fue acusado de llevar un clavo en el botín, pero la realidad fue que tenía los tapones gastados del botín por el calentamiento previo sobre baldosa, quedando a la vista el fierro y convirtiendo el calzado en un arma letal. A partir de este suceso es cuando los árbitros tienen la obligación de revisar el calzado de todos los jugadores
Por el lado de Peñarol, Jugó la primera fase con los equipos ecuatorianos (Emelec – 9 de Octubre), los bolivianos (Jorge Wilstermann – Municipal) y Nacional de Uruguay. Pasan a la segunda fase los equipos Uruguayos y juegan el grupo semifinal con los chilenos de Universidad Católica, donde Peñarol logra imponerse y consigue la final  que jugara con River Plate.

Carrizo a los revolcones ante la presencia cercana y peligrosa

de Julio César Abaddie. Amadeo se sintió desprotegido,
 ningún compañero cerca para respaldarlo.
La primera final se juega el 14 de mayo en Montevideo, imponiéndose Peñarol 2 – 0 con goles de Abaddie y Joya. Cuatro días más tarde se enfrentan en el Monumental y gana River 3 – 2 (Ermindo Onega x 2 y Sarnary para River, Spencer y Rocha para Peñarol), obligando a jugar un tercer encuentro en cancha neutral. La elegida fue el estadio nacional de Chile y Peñarol llegaba con ventaja a favor en goles, pero solo se tenía en cuenta esta ventaja en tiempo suplementario, obviamente si el partido terminaba empatado en los 90m.

Ahora sí, metiéndonos ya en el tercer partido final, tendríamos que enumerar todas las razones de porqué un equipo pierde una copa ya ganada.
1)      Indefectiblemente, la pelota atajada con el pecho por parte de Amadeo Carrizo enervó a propios y ajenos, porque los Uruguayos estaban entregados con el resultado hasta ese momento, ya que a los 18m. del segundo tiempo perdían 2 – 0 con goles de Daniel Onega y Jorge Solari, con una notable superioridad en el juego del equipo argentino.
Todos lo buscan a Solari.Acaba de convertir el segundo gol, 
Sarnary alza los brazos y Ermindo y Más
abrazan al Indio.

2)      Luego de este suceso, los jugadores de Peñarol se sintieron tocados en su orgullo y se llevaron por delante a River en el tiempo que restaba por jugarse. Pero no solo por la famosa garra charrúa, sino porque los mismos compañeros de Carrizo dejaron solo al arquero, para que éste se hiciera cargo de su error. Se sabe que por respeto al colega de enfrente no hay que sobrarlo ni gastarlo. Y menos a un Uruguayo, que son muy respetuosos y caballeros pero que si los sobras, la patada más baja va a la altura del pecho. “Aguantátelos vos ahora” habrá sido el pensamiento de varios.
3)      Los uruguayos enojados en cancha no eran solamente los de Peñarol, porque River contaba en su equipo con dos uruguayos ex Peñarol. Roberto Matosas y Luís Cubilla. Fueron los primeros en recibir el impacto y los primeros en dejar de jugar estando en cancha. Tan notorio quedó este hecho, que el técnico de River Renato Cesarini, un hombre tranquilo y moderado, entró al vestuario al término del partido al grito de “a mí me traicionaron” por lo sucedido con Cubillas y Matosas. Cuesta creer que se hayan vendido, pero quién pone las manos en el fuego. Nos inclinamos a pensar que les afectó el patriotismo y les jugó en contra ver a compatriotas luchar como leones en la adversidad. Seguramente les habría gustado cambiar de camiseta en el mismo momento que se jugaba el partido, por más profesionales que fueran. Recordemos que era una época muy distinta a la nuestra, donde los principios y valores tenían peso propio, a diferencia de la actualidad, lamentablemente. Puro romanticismo.
Roberto Matosas y Luís Cubilla, los dos uruguayos ex Peñarol
que jugaron esa final para River.
Los gestos expresan todo.

4)      La displicencia general del equipo y el error táctico de Renato Cesarini también aportaron lo suyo para la derrota. Antonio Vespucio Liberti, presidente de River por aquel entonces, nunca le dejó de recriminar a Cesarini el cambio realizado en el entretiempo y que quizás fue tan determinante como la atajada de Carrizo. El confiado lateral izquierdo “Nicha” Sainz le dice al técnico “Profe, por qué no me saca ahora, si sigo, por ahí tengo que quedarme 20 ó 30 días parado” sabiendo que podía seguir y más en una final. Y Cesarini, que le gustaba ir al frente y soñaba con una goleada histórica, pasa a Jorge Solari de 3 y saca a Sainz(lateral) para que entre un gran cabeceador como Lallana (delantero)de 8. Pero el “loco” Lallana tenía un entuerto con los carboneros al frustrarse su transferencia al equipo uruguayo a principios de año y quería cobrársela, entró muy poco en el partido y se la pasó provocando a los uruguayos.
5)      Por último, al comenzar el segundo tiempo los jugadores Argentinos soñaban en voz alta con las “fragatas” (en alusión a los billetes de mil pesos viejos) y en las vacaciones que Liberti les había prometido en la hermosa Costa Azul del sureste de Francia. Claro que para que esto sucediera debían ganarle primero a Peñarol la copa y luego al poderosísimo Real Madrid la copa intercontinental (que luego Peñarol le ganaría al Real 2 - 0 en ambos encuentros) aprovechando el viaje a Europa, ya que el primer partido por lo general se jugaba en Sudamérica. Estaban tan confiados que hablaban más del Real Madrid que de jugar el segundo tiempo.
"Yo no entiendo nada" parece decir Amadeo Carrizo. 
En 23 minutos Peñarol empató el partido
y hay que jugar el alargue. 

 Fue así como el Ecuatoriano Spencer iguala en 2 el partido en los 90m. reglamentarios, y ahí es donde empieza la desesperación de todo el equipo Argentino y cambia la historia, ya que en el suplementario River debía ganar si o si porque con el empate se coronaba campeón Peñarol, por aquella ventaja de goles a favor conseguida en los dos primeros partidos. River tenía en cancha para el suplementario el arquero, tres defensores y siete delanteros. Y la moral por el piso. Peñarol era un volcán que se llevó puesto lo que quedaba de River y Spencer y Rocha daban el resultado final de 4 – 2
Goncalvez, aquel aguerrido uruguayo que jugó la final para Peñarol, le ponía la frutilla en aquella entrevista de El Gráfico y decía lo siguiente: “El cambio lo producimos nosotros al comenzar el segundo tiempo. Nos estaban ganando con mucha comodidad y a aquel River era muy difícil sacarle la pelota. Por eso pensamos que más que cambios tácticos lo que necesitábamos era cambiar el clima del partido para salvar la vergüenza. Entramos desesperados y echamos mano a recursos ilícitos. Eso es cierto. Les hablábamos y hasta llegamos a decirles que si ganaban íbamos a ir a buscarlos al vestuario y al hotel. Las cosas se dieron de tal manera que era un clima de guerra del cual sacamos una gran ventaja, ante la pasividad de River. La diferencia temperamental la noté al día siguiente en la cafetería del aeropuerto cuando nos cruzamos los dos equipos. Uno de los nuestros fue a hablar por los altavoces y preguntó: “quién es el papá de River?, y otra voz contestó, Peñarol!!!”, que se escuchó en todo el aeropuerto y la risa fue incontenible de todos los presentes. Nos queríamos morir, bajamos las cabezas de la vergüenza. Si eso pasaba al revés todavía estábamos a las trompadas. Nosotros no íbamos a aceptar semejante cachada que ellos si aceptaron sin chistar.”
Esta es una historia donde alcanzar la verdad es muy difícil. Inverosímil. Absurdo. Inexplicable. Así es como comienzan las leyendas y los mitos. Y los sobrenombres.
La copa ya es de Peñarol. Se abrazan Goncalvez y Lezcano.
Matosas se acerca al grupo para felicitar a Zeni,
dirigente uruguayo.

domingo, 24 de julio de 2011

Fernando Miele 1987


Creo que este es el mejor momento para publicar el reportaje hecho por el gran Juvenal en la revista El Gráfico al entonces presidente de San Lorenzo Fernando Miele en mayo de 1987. Podría haberlo subido anteriormente, pero coincidía con las elecciones del club que finalmente se adjudicó Abdo y hubiera sonado a proselitismo. Por eso esperamos un poquito y dejamos a salvo la objetividad de toda sospecha y además, celebro no ser un mercenario que opina según el color del billete. Todo lo que se dijo, se dice y se dirá en este Blog es pura y exclusiva opinión de su titular, eso nos hace creíbles y es nuestro mayor capital, aunque muchos no coincidan con lo que lean. Podemos equivocarnos o no, pero siempre desde la buena leche.
Defenestrado como pocos, llevado a juicio como ninguno, Fernando Miele es rechazado por la mayoría de la masa societaria de San Lorenzo. Pero por suerte tenemos como testigo algo irrefutable como lo es el papel impreso de una revista, que con el paso del tiempo demuestra quién miente y quién no. Sin querer meternos en ninguna interna de club, quiero mostrar este reportaje de manera íntegra y original, a manera de mostrar algunas diferencias de cómo a veces la prensa en general puede subir o hundir a un tipo. José María Aguilar cuando era presidente de River en su momento, dijo: “Con la venta de Marcelo Salas techamos el Monumental”. Pues bien, no solo no techó nunca el estadio sino que además hizo estragos en un club que impensadamente termina jugando en la B nacional, y sin embargo la prensa fue sospechosamente muy benevolente con este oscuro personaje, que además de caminar alegremente entre todos nosotros sin que nadie le pida ningún tipo de explicación judicial, es premiado con un cargo en la FIFA como asesor letrado.
Recomiendo leer atentamente esta nota. Generalmente cuando vemos una revista vieja, los reportajes los pasamos de largo, pero este me llamó mucho la atención por lo que decía Fernando Miele apenas unos meses de haber asumido en el cargo y como después con el tiempo, el hombre hizo lo que decía que iba a hacer. De cómo se manejaba con técnicos, jugadores, con la prensa...de cómo manejaba a su gente teniéndolos “zumbando” defendiendo los intereses del club;
A diferencia de otro ex presidente del mismo San Lorenzo como Savino, que era catalogado de bonachón, muy querido por jugadores de poca entrega y por el ambiente del fútbol en general, pero que se le iban los jugadores de las manos, recurriendo a artilugios legales que los mismos jugadores presentaban en tribunales para quedar libres, como fue el caso de Santiago Hirsig, que se fue por la ventana descapitalizando al club.
El paso del tiempo demuestra quién es quién y bueno es repasar un poco para sacar nuestras propias conclusiones, sin que los “formadores de opinión” manejen a las mazas de un lado hacia el otro.
Quiero agradecer a sanlorenzojugadores.blogspot.com por las imágenes cedidas


Podes recabar más información al respecto en: http://sanlorenzojugadores.blogspot.com/2008/04/carrillo.html
AQUI EL REPORTAJE
(ampliar para leer)



SAQUEN SUS PROPIAS CONCLUSIONES...

viernes, 3 de junio de 2011

Primera fecha de la "B" - 1985

El sábado 23 de febrero de 1985, se disputaba la primera fecha del viejo y querido torneo de la 1° “B”, que a diferencia del actual Nacional “B” la segunda categoría del fútbol argentino era disputada solamente por equipos de la zona metropolitana. Equipos que hoy están 3 categorías abajo, llegaron a estar jugando en 1° o a lo sumo solamente una sola categoría por debajo de la primera división y viceversa. 

Insólito. Clubes que hoy están en primera “B” le disputaban de igual a igual a otro que hoy en día están en 1°, como es el caso del triunfo en Santa Fé del Gallito de Morón frente a Colón por 1 -0, el empate en cero de Defensores de Belgrano y Rosario Central, la victoria de Lanús a Los Andes por 2 -0, el 3 – 1 de Talleres de Escalada a Banfield, el 3 – 2 de Quilmes a El Porvenir…en fin, podríamos seguir con la lista ya que también estaban Villa Dálmine, Argentino de Rosario y San Miguel (hoy primera “C”) y lo curioso, es que Arsenal, un eterno de la “C”, hoy está afianzado en primera con un título internacional. Podríamos ponderar o criticar al actual Nacional B con sus ventajas y desventajas, pero lo que es seguro es que al implementar e inventar una nueva categoría, mandó a toda una categoría al descenso, y clubes con una gran historia y gran poder de convocatoria fueron llevados al ostracismo del cual muchos de ellos nunca más se pudieron recuperar.
No nos olvidamos de Racing de Avellaneda que comenzaba su segunda temporada consecutiva con un empate en cero frente a All Boys en el cilindro. En la Academia debutaba un tal Walter Fernández, quién junto a Miguel Ángel Colombatti (debutaba en la fecha siguiente) harían una dupla que hizo historia en el club. 
El partido fue parejo para los dos con un tiempo para cada uno en el dominio del juego. Pero el 0 – 0 dejó intranquila a la hinchada local. Su técnico, el ex arquero Agustín Mario Cejas (sucesor de Jorge Castelli y antecesor de Cacho Giménez, Vicente Cayetano Rodríguez y Alfio Basile, quién lo ascendería a primera este campeonato tras ganarle la final del octogonal a Atlanta) pedía paciencia hasta que lleguen los nuevos refuerzos (Longo, Falero, Washington Olivera, Pavón y el mencionado Colombatti.)
Racing vs All Boys

Por el lado de la otra Academia, Rosario Central (Quién sería el campeón), debutaba en la categoría frente a Defensores en la cancha del Dragón. El equipo del negro Marchetta presentaba como incorporaciones a Fossatti, Serrizuela y Pedernera, más los regresos de Chaparro y Argota. “Este equipo estaba anímicamente 2 puntos cuando yo lo tomé, ahora estamos en 6/7 puntos porque los jugadores tomaron conciencia de que estamos en la B, con otros vestuarios, otras dimensiones de terreno de juego. Si  saben dónde estamos parados subiremos rápido, hoy el equipo me gustó a pesar del empate, me voy contento.
Uno de los pocos “grandes de la B” que empezó ganando fue
Atlanta, con un triunfo frente a Villa Dálmine por 2 – 1. Abría el marcador Villagra a los 32m para los bohemios, empatando Jerez para los violetas de Campana a los 38m. y finalmente Giordanella le daba el triunfo a los 73m. Linda historia la de este último, quién llegaba al equipo de D’Accorso luego de pasar por Huracán de Comodoro Rivadavia. “Me inicié en Independiente de Trelew, donde también trabajaba de vendedor de leche y operario textil, ahora solo quiero vivir del fútbol”, decía quién le daba el triunfo a Atlanta. Erramuspe fue la figura de la cancha.





sábado, 26 de marzo de 2011

Vélez vs Racing Metropolitano 1974

Vélez y Racing se enfrentaban en Liniers el 17 de febrero de 1974 por la 3ra fecha del campeonato metropolitano. Una multitud se congregó para este encuentro, que a pesar de contar con cuatro goles, las crónicas cuentan que se trató de un partido malo, decepcionando a gran parte de público de ambos equipos que se retiraban faltando 20 minutos antes que de que terminara el cotejo. Se impone Vélez por 3 – 1, pero le costó mucho al equipo velezano alzarse con la victoria, porque el balón era propiedad de Racing y el talento de Ángel Rojas quien se asociaba en el juego con Scotta. Pizzuti invierte astutamente las posiciones de sus delanteros, Scotta por izquierda y Rojas de 9, ubicado entre Tagliani y Troncoso. Luego del gol del Gringo a los 19m. del P.T., vuelven a sus posiciones originales y los rústicos defensores de Vélez le hacen sentir el rigor a Rojas quién al ubicarse lejos del área, no se corría peligro de cometerle penal. 

De esta manera, Vélez logra anular el único argumento ofensivo racinguista y consigue el empate a los 30 m. con un golazo del ex Atlético Tucumán, Quinteros, quién pisando el área grande saca un chanfle de zurda al ángulo de Guibaudo. Dos minutos antes del final del P.T., el mismo Quinteros desnivela el encuentro. Córner que ejecuta Fornari desde la derecha, despeje del arquero que le queda al tucumano y conecta un débil cabezazo que debió atajar fácilmente Guibaudo, pero un resbalón traicionero hizo que el balón entrara pidiendo permiso. En el 2° tiempo, Pizzuti dispone el ingreso de Noguera por el maltratado Rojitas pero no consigue el resultado esperado, ya que fue absorbido ampliamente por la marca de Gallo y así, Racing quedó solamente con la opción de ataque del Gringo Scotta, que así y todo se las ingeniaba y provocaba algo de peligro. Pero Vélez da el golpe de gracia a los 4m. de iniciado el complemento con un gran gol de Gallo, elaborando una bonita pared junto a Fornari devolviéndosela éste de taco para que el lateral defina ante la salida de Guibaudo, que poco pudo hacer. El resto del encuentro fue un trámite para ambos equipos, dejando en claro que les falta bastante en este comienzo de campeonato. Racing contaba con muy buenos jugadores, con mucho talento y en un gran momento de varios de ellos, pero que no lograban ensamblar en equipo. 
Vélez en cambio, contaba con una gran defensa que aguantaba todo, y con la incorporación de Quinteros que además de ser una grata revelación, permitió que el Turco Julio César Asad volviera a su puesto original de 5, posición que desempeñó en todas sus inferiores en el club velezano y que lo llevó al juvenil. También debutó de 5 en primera, pero las exigencias del equipo lo llevaron a desempeñarse de 8 o 10, con tendencia a desordenarse y desarmarse al entrar al área. Volviendo a su puesto original, fue el hombre más prolijo en la salida de su equipo. Tal desempeño hizo que César Luís Menotti se fijara en él para su seleccionado mayor. Les faltaba a ambos, pero Vélez estaba un poco mejor.
El empate de Quinteros y el primero de su cuenta personal

Resbalón de Guibaudo y 2 -1 para Vélez

Los festejos tras el tercer gol de quinteros

lunes, 17 de enero de 2011

Boca vs Estudiantes de la Plata 1986

El último campeonato metropolitano antes de los “clausura-apertura”, se jugó en 1986 y fue ganado por River Plate en gran y amplio margen sobre Newell’s Old Boys, con aquel equipazo de Francescoli, Morresi, Ruggeri, Pumpido entre muchas otras figuras. Pero como ya mucho se sabe de este año y River, vamos a remontarnos a un partido que pocos recordarán, salvo los que fueron a la cancha ese día. Deportivo Español, Ferro, Argentinos, San Lorenzo, habían hecho una buena campaña también junto con Boca, que tenía un aceptable conjunto de jugadores dirigidos por un gran tipo como Mario Nicasio Zanabria. Si bien Boca no pudo celebrar campeonatos ese año, si pudo festejar la liguilla pre-Libertadores en aquella memorable final contra Newell’s en Rosario, y aquel festejo de Scalise, jugador de Boca, con la camiseta de Central en cancha leprosa. Vayamos entonces a aquel partido antes señalado, en donde el equipo boquense se impone por la 32° fecha en la Bombonera a un débil Estudiantes de la Plata por 3-1.

De a poco el equipo xeneize iba asomando un equipo compacto en el torneo, si bien había quedado muy atrás en puntos, frente a Estudiantes se mostró sólido. Los zurdos Tapia y Hoyos se juntaban y proponían maniobras limpias y profundas, Melgar que imponía su pausa, Rinaldi con su fuerza física, los desbordes de Scalise…todo eso fue suficiente para este Estudiantes de Eduardo Luján Manera que desde el minuto 1 proponía un juego lento, cansino. Aguantar hasta donde podía porque para más no tenía. El equipo platense no contaba con mucha experiencia en sus jugadores y poseía poca aptitud anímica para revertir un resultado. Su posición en la tabla de aquel campeonato reflejaba dicha situación, muy distinta a la actual.

3 – 1 ganó Boca con goles de Hrabina a los 31’ del primer tiempo tras centro de Tapia en el córner. En el 2° tiempo aumenta Tapia a los 21’ luego de una perfecta asistencia de Hoyos desde la izquierda. 5’ después, la chancha Rinaldi clava en el ángulo un exquisito tiro libre que sería el 3° del partido para Boca y el primero de su llegada al club. Alejandro Sabella ponía el descuento a 10’ del final.

Para culminar, queda la anécdota de los cantos amenazantes por parte de la hinchada de Boca durante todo el encuentro, contra River y su famosa vuelta olímpica, quién finalmente dio el día de los goles del Beto Alonso y el balón naranja. Además se le entregó al loco Gatti una plaqueta por cumplirse 10 años en el club, y lo que vale la pena resaltar, fue como el presidente que estaba en ejercicio, Antonio Alegre, sale de la escena principal y lo deja a su antecesor, el Puma Alberto J. Armando, que le entregue la plaqueta la loco y así ganarse los aplausos de la hinchada que vitoreaba “se siente, se siente, Armando presidente…” Un gran gesto de un hombre de bien a otro.
Gatti y el juvenil reemplazante de Islas, Varcellone.


El 1° de Boca, córner de Tapia y los ojos bien abiertos de Hrabina para cabecear ante la fallida salida de Varcellone.


Gol de Tapia, tras pase de Hoyos. El 2° de Boca.

Golazo de la chancha Rinaldi, tiro libre al ángulo y el 3°de Boca.


El festejo de Hoyos.